top of page

Cuento La NiƱa del Farol

Actualizado: 28 dic 2024


ree


Habƭa una vez una niƱa que llevaba su brillante farolito por las calles llena de alegrƭa.

Yo voy con mi farolito y mi farolito conmigo;

Arriba brillan estrellas, abajo yo y mi amigo.

Entonces vino el viento silbando y zumbando.

Y la lucecita apagando.

-Ā”Oh! –exclamó la niƱa-. ĀæQuiĆ©n encenderĆ” mi farol?-. Pero por mucho que buscó, nadie apareció.

(Llega un erizo).

¿Qué es lo que se mueve en el follaje? ¿Qué es lo que anda a pasitos cortos y rÔpidos?

¿Qué es lo que se desliza tan deprisa? ”Es un amiguito con pinchos!

Querido erizo mío, el viento apagó mi farol. ¿Quién puede encendérmelo de nuevo?

No te puedo contestar, tienes otros a quien preguntar.

No me puedo parar, donde mis hijos tengo que estar.

(La niƱa sigue su camino. Llega un oso).

¿Qué es lo que tanto gruñe? ”Es el amigo oso! Querido oso mío, el viento apagó mi farol.

¿No sabes de alguien que pueda encendérmelo? El oso mueve su gordinflona cabeza y dice:

No te puedo contestar, tienes otros a quien preguntar.

No me puedo parar, tengo que ir a descansar.

¿Qué es lo que se mueve tan suave? ¿Qué es lo que se desliza por la hierba?

Es un listo y astuto zorro. Husmea con su nariz y dice a la niƱa:

De aquí te tienes que marchar, a tu casa tienes que llegar. Debo deslizarme y observar. Pronto un ratón quiero cazar.

Entonces la niña se sentó en una piedra y llorando dijo:

ĀæNadie me quiere ayudar?

Las estrellas la oyeron y dijeron:

Al sol debes preguntar. El te puede contestar.

La niña recobró su Ônimo y siguió adelante. Finalmente llegó a una casita. Dentro vio a una anciana que estaba hilando en una rueca. La niña abrió la puerta y dijo: -¿Sabes el camino hacia el Sol? ¿Quieres venir conmigo?

Tengo que trabajar. Hilos finos tengo que hilar.

Pero descansa un poco a mi lado pues te espera un camino largo y cansado.

La niña entró y se sentó. Cuando la niña hubo descansado cogió su farol y siguió su camino.

Y caminando llegó a una casita. Dentro se encontraba el anciano zapatero arreglando zapatos.

– Buenos dĆ­as, querido zapatero. ĀæConoces tĆŗ el camino que lleva al Sol? ĀæQuieres venir conmigo?

Y el zapatero dijo:

Muchos zapatos hay que arreglar no tengo tiempo para pasear.

Pero descansa un poco a mi lado pues te espera un camino largo y cansado.

Cuando la niña hubo descansado, agarró su farol y siguió adelante. Finalmente, en la lejanía, vio un monte muy alto. Y pensó:

– AllĆ­ arriba vivirĆ” el Sol.

Y corrió ligera como un corzo. Se le acercó un niñito que estaba jugando y saltando con su pelota en la pradera.

-¿Quieres venir conmigo al sol? Pero el niño prefería saltar y jugar.

Entonces la niña subió sola su camino, subiendo mÔs y mÔs por la montaña. Pero allí arriba tampoco encontró al Sol. Y pensando se dijo:

– AquĆ­ me quedo esperando al Sol.

Y se sentó en el suelo a esperarlo. Como estaba muy cansada de tanto andar, se le cerraron los ojos y se quedó dormida.

Pero el Sol había visto a la niña desde hacía tiempo, y cuando llegó el atardecer se inclinó y le encendió el farol. Entonces la niña se despertó y exclamó:

-”Oh! mi farol brilla de nuevo.

Y levantƔndose, se puso alegremente en camino.

De nuevo encontró al niño, y éste le dijo:

– He perdido mi pelota y no la puedo encontrar.

– Yo te voy a iluminar –le dijo la niƱa.- AquĆ­ estĆ” –gritó el niƱo-. Y se alejó cantando y saltando.

La niña siguió su camino y llegó a la casa del zapatero.

El zapatero estaba triste en su cuartito. – Se apagó la lumbre –dijo- mis manos se quedaron tiesas de frĆ­o, y no puedo seguir arreglando zapatos.

– Yo te encenderĆ© de nuevo la lumbre –dijo la niƱa.

El zapatero se calentó sus manos y siguió diligentemente martillando y cosiendo.

Lentamente prosiguió la niƱa su camino a travĆ©s del bosque, llegando a la casita de la anciana. En su cuartito no habĆ­a luz. – Mi luz se apagó –dijo la anciana-. Desde hace tiempo no puedo seguir hilando.

– Yo te encenderĆ© de nuevo la luz –dijo la niƱa alegremente.

Entonces la anciana cogió de nuevo su rueca y siguió hilando finos hilos.

Por fin la niƱa llego al bosque y todos los animales se despertaron del resplandor.

El zorrito husmeó y miró la luz. El oso gruñó y gruñó, acurrucÔndose aún mÔs en su cueva de invierno. El erizo se acercó lleno de curiosidad:

– Ā”QuĆ© luciĆ©rnaga tan grande hay aquĆ­!

La niƱa se fue alegremente a casa cantando:

Yo voy con mi farolito y mi farolito conmigo;

Arriba brillan estrellas, abajo yo y mi amigo.



ree


Fuente: casawaldorf.com/la-nina-del-farol/



33 1716 3936

Santo Tomás de Aquino 5314 La Estancia, C.P. 45030, Zapopan, Jal.

  • WhatsApp
  • Facebook
  • Instagram

© Misión Waldorf 2025

bottom of page