En la Pedagogía Waldorf las celebraciones permiten marcar el ritmo del año, una de las más esperadas es la de faroles, que en nuestra comunidad se realiza en el mes de noviembre.
Esta celebración está relacionada con la "fiesta de San Martín" o "Martinmas", siendo este personaje un arquetipo, ya que cuenta la historia que en el siglo IV d.C. existió un caballero del ejército romano, que estando en la ciudad de Amiens, se encontró un mendigo padeciendo frío, Martín - el caballero de la historia- sintió una inmensa compasión y con su espada partió su capa a la mitad, para ofrecer una parte al hombre. A partir de este evento, Martín renunció a su vida como soldado y cambió su vida, había encontrado su luz interior. Cuenta la leyenda que, desde entonces, lo que se dijo de Martín era que sólo había en su corazón piedad, paz y compasión.
La luz de los faroles nos evoca a esa luz interior, la de cada uno que se fortalece con actos de piedad, paz y compasión.
Para la festividad, los niños preparan sus propios faroles, los cuales acompañaran la caminata de la comunidad en la oscuridad, en silencio y actitud de reflexión, para nutrir esa luz interior que se encuentra en el silencio y la reflexión.
Nada de esto se explica o menciona a los niños, esta información es para los adultos, que a veces necesitamos entender, los niños simplemente lo viven y guardan lo que necesitan en su corazón.
Esta, como todas las celebraciones waldorf, no tiene una connotación religiosa -con frecuencia puede malinterpretarse el significado- sino espiritual, la búsqueda constante en el día a día, que se fortalece con las festividades es el nutrir espiritualmente a los miembros de la comunidad (no sólo los niños), Martín como arquetipo de un hombre que con un sencillo acto de bondad pudo encontrar su luz y fue valiente para seguirla, para iluminarse su camino en la oscuridad, así mismo, todos tenemos esa luz y podemos encontrarla y seguirla con nuestros actos de compasión, bondad y paz, todos los días.
Esta festividad nos invita a recordar que a pesar de que en esta época hay mayor oscuridad, existe luz de vida, energía y sabiduria en el interior de cada ser vivo. Esta luz y energía es la que permite que las raíces y los tallos sigan creciendo aún durante el invierno para luego ver surgir sus brotes en primavera. Es la misma energía que permite que los animales enfrenten el invierno. De la misma manera, todos los seres humanos podemos acceder a esta luz interna para enfrentar las vicisitudes de la vida.
La festividad de los faroles está relacionada con el reconocimiento de nuestra propia luz de vida y sabiduría, pero también con el valor de compartir, de dar a los demás y apreciar todo lo que recibimos. Esta celebración se festeja de diferentes formas en diversas partes del mundo. Nosotros en Misión Waldorf hemos preparado faroles con los niños usando materiales con colores de esta temporada y cantando canciones alusivas a la época o que hablan de compartir nuestra luz.
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Equipo Misión Waldorf